


La entrega 86 de los premios Oscar ya está a la vuelta de la esquina. Este domingo 2 de marzo se premia a lo mejor del cine desde el universo norteamericano. Y es que mucho se ha hablado ya sobre la importancia que han adquirido las diversas premiaciones previas a la entrega de Oscar, tanto como se ha cuestionado la propia premiación. No obstante, la tradición por el júbilo de los premios Oscar permanece, y este año en particular una de las características que posee la entrega es la manera en que la literatura toma forma en la gran pantalla.
Sin duda, lo primero que debo mencionar es la categoría a mejor guión adaptado de la 86 entrega de Oscar, pues en ella se cobija la revisión ya realizada de las obras literarias que se convirtieron en cintas maravillosas. Y en esta categoría los escritores y sus películas son: John Ridley, por 12 años esclavitud; Richard Linklater, Julie Delpy e Ethan Hawke, por Antes de la medianoche; Billy Ray, por Capitán Phillips; Steve Coogan y Jeff Pope, por Philomena, y Terence Winter, por El lobo de Wall Street.
La cinta 12 años de esclavitud es una de las grandes favoritas este año tanto por la crítica como por el público. La base de la cinta, dirigida por el británico Steve McQueen, es la autobiografía de Solomon Northp, un afroamericano nacido libre en el estado de Nueva York vendido como esclavo y quien trabajó en una plantación sureña durante doce años; John Ridley elaboró el guión de una película que se antoja como extraordinaria, la cual no sólo se encuentra en esta categoría, sino que por su excelente manufactura consigue ser candidata a varias postulaciones al Oscar como mejor película, director, actor principal, actor secundario, actriz secundaria, montaje, vestuario, diseño de producción y, desde luego, guión adaptado. El libreto adaptado de Ridely posee la suma de ingredientes necesarios para tener al espectadr completamente atento de principio a fin, llevándolo a experimentar situaciones límite durante cada minuto. Realmente es una gran cinta difícil de superarse.Antes de la medianoche, tercera entrega y capítulo del romance entre una francesa y un norteamericano, quienes han visto la evolución tanto de su afecto mutuo, su relación y su vida a lo largo de dos décadas, es mi personal favorita en esta categoría; le anteceden Antes del amanecer(1995) yAntes del atardecer(2005), las cuales a menudo podemos volver a disfrutar en la televisión de pago, y que vale la pena volver a ver todas las veces posibles por su discurso y su reflexión. El director Richard Linklater, y sus intérpretes Julie Delpy e Ethan Hawke, sin lugar a duda son los responsables del excelente trabajo en la elaboración del guión Before Midnight, que consigue mantener cautivo al espectador sobre el constante diálogo y reflexión de los personajes y la incidencia en la vida como una experiencia inolvidable.

Por: Jasmín Cacheux
#BocaEscenaPalOcio
#PosLeeYentretente
#DelPapelAlCeluloide
Del Papel al Celuloide

Capitán Phillips, es la tercera cinta que menciono; Billy Ray convierte la novela “El deber del capitán Phillips”, de Stephan Talty y del capitán Richard Phillips en una adaptación que tiene los ingredientes de la tensión dramática precisa alrededor de un hombre que supo imponerse con entereza ante la adversidad que supone un secuestro en el mar. Los elementos que el director de la cinta elige de modo preciso los elementos narrativos que llevan al espectador gradualmente a experimentar las diversas facetas de este hecho desafortunado. Una cinta que parece sencilla adquiere su fuerza narrativa con la mezcla propicia de ingredientes.

Toca el turno de Philomena, cinta creada sobre la base del libro The lost child of Philomena Lee, del periodista inglés Martin Sixsmith, donde se aborda el dramático caso realde una mujer ya anciana que decide buscar el hijo que le arrebataron 50 años atrás en una abadía irlandesa, con la ayuda de Sixsmith; esta historia que cuenta con el famoso productor y comediante británico Steve Coogan y el libretista de televisión Jeff Pope nos presenta un organizado relato de los momentos más fuertes y emotivos de la historia. Sin dudarlo, puedo decir que es uno de los mejores guiones del año, por su impecable trazo y entretejido. Aunque debo admitir que el ritmo de la cinta, puede en algunos momentos ser monótono, la actuación de Judi Dench es una maravilla.

Finalmente, El lobo de Wall Street, corre a cargo del escritor y productor neoyorquino Terence Winter, más conocido y abrazados por sus libretos de la serie tan celebrada Los Soprano, es el encargado de hacer la versión del libro autobiográfico de Jordan Belfort, The wolf of Wall Street, cinta que durante 180 minutos narra el auge, cima, plenitud y caída de un corredor de bolsa, quien es un estafador, viviendo al límite cada uno de los placeres que traen como consecuencia la opulencia. Ciertamente, El lobo de Wall Street, es un guión complejo que se complemente con una gran actuación en el rol protagónico y un reparto que consigue la atención del público; el propio ritmo de la película, consigue que apreciemos la evolución de los personajes y su entorno. Aunque habrá que aceptar que llega a ser en algunas ocasiones repetitivo, es una gran apuesta.

Ya que estamos de manteles largos por la 86 entrega de Oscar, y hemos comentado lo que celebraremos el próximo domingo 2 de marzo, me parece grato recordar algunos de los grandes títulos de las cintas que se formaron sobre la base de un libro; es decir, de la hoja de papel al celuloide. Uno de los fenómenos digno de mencionar es la forma en que las novelas infantiles y juveniles se han llevado a la pantalla con éxito, entre los títulos encontramos: el famoso libro de Federico Moccia “Tre metri sopra il cielo” (Tres metros sobre el cielo). Una novela juvenil que fuera rechazada por diversas editoriales y que terminara el propio Moccia auto-publicando, este libro que se convirtiera en Best-seller en Italia, ha tenido ya dos adaptaciones, una italiana y otra española, ambas diferentes y, por lo mismo, disfrutables por sus seguidores.
Otro de los títulos que vienen a mi mente de inmediato es “Entrevista con el vampiro”, una película basada en el libro del mismo nombre, escrito por una de las mejores en el tema de los vampiros: Anne Rice. De ahí seguimos con la saga, Los juegos del hambre, esta historia muy futurista, juvenil que posee los exactos ingredientes para mantener al lector y espectador de cualquier edad, pendiente de la siguiente entrega.
Y es que no se trata de cine para niños o para jóvenes, se trata de ya una tradición de adaptaciones de libros a la pantalla, recordemos la adaptación de los tres primeros libros de la saga “Lemony Snicket’s a series of unfortunate events”, conocido en nuestro país como una Una serie de eventos desafortunados; así también, la inolvidable saga de Harry Potter, de la escritora J. K. Rowling, y evidentemente debemos mencionar El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien; así como Las crónicas de Narnia de C. S. Lewis, o bien, a la autora Stephenie Meyer, autora de la saga Crepúsculo, y recientemente Cazadores de sombras, de la escritora Cassandra Clare. Así como mencionar finalmente la polémica adaptación de la novela Cincuenta sombras de Grey a la pantalla grande.
No obstante, la historia de las adaptaciones de la literatura a la novela no sólo es para niños y jóvenes (acá debo dejar en claro que no considero que sea exclusivo de niños ni adolescentes las adaptaciones vueltas celuloide que he mencionado), también hay otras novelas que han sido adaptadas con gran éxito, lo cual nos da como resultado una tradición. Uno de mis escritores consentidos, John Steinbeck, ganador del Premio Pulitzer en 1940 y del Premio Nobel de Literatura en 1962, cuenta con al menos cuatro adaptaciones exitosas de sus novelas: La perla (1945), dirigida por Emilio, “el indio”, Fernández; Al este del Edén, (1955) dirigida por Elia Kazan; la aclamada novela Las uvas de la ira, llevada a la pantalla en 1940, por el director John Ford; y por último De ratones y hombres(1992) dirigida por Gary Sinise.
Estos son sólo algunos de los títulos que permiten observar la grandeza de la contribución que tiene la literatura en el cine, pero la lista crece y recuerdo entonces El curioso caso de Benjamin Button y El Gran Gatsby, ambas novelas del autor estadounidense F. Scott Fitzgerald; novelas maravillosas que heredan su ritmo a la gran pantalla y que independientemente de la premiación o no que reciban, para los lectores y seguidores de la novela en papel, disfrutarlas en la pantalla es un espectáculo maravilloso.
Y acá quiero mencionar por último novela de Chuck Palahniuk, quien en 1996 debuta con su magnífica obra Fight Club, convirtiéndose en un éxito de ventas y alabada por la crítica. Es en 1999 donde la novela se lleva a la pantalla llevando el mismo nombre El club de la pelea, bajo la dirección de del reconocido director David Fincher, y con la adaptación de guión de Jim Uhls, quien hiciera un inmejorable trabajo que respeta el espíritu de la novela. El resultado es una película de culto, considerada por la crítica como dentro de las 10 mejores películas de la historia. Protagonizada por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter, la cinta es una confrontación directa con el vacío de las sociedades modernas, y específicamente en lo que a mí corresponde, es una gran favorita, pues ahora que estamos en las películas basadas en libros, esta cinta rechazada al principio por el público, aclamada posteriormente y respetada universalmente nos permite recordar la última escena de la misma: los protagonistas, quienes ante un caótico y explosivo escenario se miran aceptando su vacuidad y con ello su vida y en un corto diálogo descifran lo que a la naturaleza humana corresponde, “Todo estará bien ahora, todo estará bien.” El club de la pelea, sin duda alguna es una de las mejores películas basadas en libros, altamente recomendada.
Y bien que esto es sólo un acercamiento de la implicación de la literatura al cine, la lista crece y las expectativas, discusiones, legiones de fanáticos, también. Ahora toca seguir siendo espectador participante de la próxima premiación de la 86 entrega de Oscar, disfrutar de las cintas que compiten, recordar otras tantas y seguir al pie de celuloide, en fin, yo amo el cine, porque en el cine, el mar parece mar y el amor existe.